En esta ocasión y después de haber observado a Lorena en un 2º de la ESO y Laura en un 2º de Bachillerato, cambiamos de tercio en una sesión interesantísima observando a Cristina con sus alumnos de 1º del Ciclo Medio de Gestión Administrativa. Ya sabéis que en el IES Guardo también tenemos ciclos de Formación Profesional, pues bien, Cristina es la profesora del Departamento de Inglés que imparte clase a todos los grupos de ciclos que tienen dicha materia en su currículum. Lleva varios años desempeñando esa labor y maneja perfectamente las clases.
El pasado 23 de febrero asistí, como os decía, a una de sus clases con 1º de Gestión. Ya de entrada señalaría que ciertamente el ambiente es algo diferente al de los grupos de secundaria, pues hay alumnos que son adultos, de mediana edad incluso, y por ello se nota una relación de complicidad entre la profesora y los alumnos, que me resultó muy agradable.Habían hecho un examen de "listening", así que Cristina procedió a mostrarles la corrección del examen, pero lo que más me gustó es que no les enseñó sus exámenes, sino que volvió a poner el audio y proyectó la transcripción del listening, pero sin las respuestas en la pizarra. Comenzó a comprobar si descubrían entre todos las respuestas, si no era así terminaba infiriendo de los estudiantes las palabras usando sinónimos, haciendo incapié en al categoría de la palabra necesaria. En inglés y con una habilidad fantástica sugería, esperaba, y les ofrecía uno, dos y hasta tres sinónimos de la palabra que ellos debían aportar, hasta que finalmente y efectivamente daban con ella. Usaba ejemplos reales relacionados con sus temas, que son, como podéis imaginar, bastante distintos de lo que nosotros solemos enseñar en secundaria o bachillerato. De esta manera los alumnos iban poco a poco aportando ellos mismos las soluciones, a la vez que hacían un repaso exhaustivo del vocabulario que habían trabajado antes del examen. Cristina literalmente se los mete en el bolsillo. Ella es su guía y ellos mismos terminan siendo los correctores de sus errores.
El resultado final es, que hace de la evaluación de una prueba, una clase dinámica en la que todos participan, se ayudan, repasan y aprenden. Así como he aprendido yo también a cómo sacar el máximo partido de una actividad de la que en principio podría decir que es un examen más y sin embargo se puede convertir en un instrumento metodológico fabuloso.
Me ha encantado ver con qué maestría Cristina lo ha hecho y espero poder hacerlo yo también en mis clases.
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